EL ESPOSO TRABAJABA FUERA… Y LA QUERIA TRATAR COMO PROSTITUTA

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Estaba linda de verdad, con un cabello corto y sedoso, con unas nalgas de fabula, y un par de piernas bien torneadas, pero lo que mas me llamaba la atención de aquella linda dama era su cara, con unos hermosos ojos café claro y además, su edad, de 24 años. Estaba casada pero un moretón en el pómulo demostraba que tenía problemas con el esposo. La revisé con cuidado y pude ver un golpe en la cara interior de la mejilla que aun estaba hinchado y aun así sus labios sensuales se antojaban para besarlos. Era hija de un paciente y había ido a verme por el asunto de los golpes pero mas bien me puse a charlar con ella y me dijo que el esposo, soldador por cierto, le había pegado al reclamarle ella que llegara con chupetones en el cuello, y -“con ganas de… cosas, doctor; quiero decir, que por lo regular viene y quiere que le dé sexo pero esta vez, aparte de los golpes, me exigía hacerlo pero de una manera que de plano no me gustó”- me dijo la joven señora, madre de un niño pequeño aun.

Infinidad de hombres de los que trabajan en las plataformas de PEMEX en Campeche actúan de una forma similar, ya que allá se habitúan a coger con chicas de cantina o hasta se hacen de alguna amante que, por sacarles dinero, son capaces de todo en lo sexual. Platiqué con esta mujer y me dijo que el esposo le había pedido el culo, o sea hacerlo por atrás. Ella se había negado y en respuesta el esposo la había insultado y golpeado pero no le había dado, según me dijo, el gusto de metérsela por atrás y la dejé que hablara hasta que sacó todo su coraje. Le dije que tenia razón pero que en todo caso el tener sexo por atrás era algo que podía hacerse… siempre que fuera de mutuo consentimiento y, además, que realmente el hombre haya trabajado como debe ser para tener el premio de poderse coger a su mujer por la puerta trasera… y Sandra, que así se llama la mujer, me escuchaba con atención.

Lo digo de verdad, ya que el cogerse a una mujer por el culito puede ser una experiencia traumática para una mujer joven, pero si se le fuerza entonces ella está en todo su derecho de negarse, y esto lo defiende incluso la Ley, pero si se le sabe excitar como debe ser, si se hace con ella no el sexo… sino EL AMOR, es otra cosa, le dije, y le explicaba cómo es que el ano, al no poderse lubricar como ocurre con la vagina, requiere de una mayor atención y gentileza de parte del esposo o del amante.

-Pero es que yo no he tenido nunca un amante, doctor… me casé con mi marido y solo el me conoce… llegué señorita con el, y por eso me da mas coraje que me trate así, que quiera metérmela por atrás como si yo fuera una puta… además, mi marido es de los que toman y es realmente asqueroso coger con un tipo con aliento alcohólico.

-Bueno, en eso tienes razón, Sandrita, pero en cierta forma no culpo a tu esposo porque creo sinceramente que eres una mujer muy hermosa y es lógico que el quiera conocerte absolutamente en todo tu cuerpo. Lo importante es que no te lastimó demasiado y es necesario que lo denuncies para que no te vuelva a tocar.

-Mire doctor, estoy tan enojada que de plano no sé ni qué hacer… por lo pronto el ya se fue esta mañana a Ciudad del Carmen y no va a regresar hasta dentro de dos semanas. Mis papás me dicen que lo deje pero también pienso en que el trabajo que tiene nos permite ciertas cosas y ya ve usted la situación como está de difícil… lo voy a pensar bien y tengo esas dos semanas para decidir… además, fíjese que he pensado en trabajar para yo ganar mi dinero… no es que me haga falta pero es cosa de dignidad y no otra cosa.

-Muy bien, pero bien podrías mostrarle tu dignidad y enojo en otra forma.

-¿Pero cómo, doctor? Mi marido es un pinche celoso insufrible… si sabe que ando con algún otro hombre capaz que entonces si me mata.

-Bueno, tu lo has mencionado Sandrita, pero además, no es cosa de que todo mundo se de cuenta y le diga que usa cuernos… hay modos y maneras de hacer las cosas –dije, intencionado.

-¿Cómo qué doctor? –dijo ella sonriendo pícaramente.
-Podrías salir a dar una vuelta, discretamente, para platicar solamente… conmigo tal vez.

-¿Me está coqueteando, doctor? Porque debe ponerse a pensar en que usted es casado y yo también… y además, yo nunca he hecho pendejo a mi esposo, de manera que de plano creo que no se me diera eso de andar de cabrona con usted o alguien mas, y luego con qué cara le podría ver a los ojos a mi esposo –dijo ella, sonriendo ya sin pena, consciente de que todo se puede hacer si uno es discreto y busca realmente la venganza de la pareja… y Sandrita deseaba VENGARSE del torpe esposo que tenia, que en vez de tratarla como una mujer bella, una dama, la quería tratar como una PUTA, algo que la mujer siente como una ofensa mayor.

-Si, le estoy coqueteando, Sandrita, y además, eso de que luego no podría verlo a los ojos es solo cosa de que se ponga lentes –le dije riéndome, a modo de broma. Luego, continué –pero mas que eso, no creo que usted merezca ser tratada de esa manera… nada mas fíjese en sus labios, hermosos, carnosos, y golpeados por su marido, y además, esa mejilla a la que solo debía acariciársele, también golpeada, pero ya en serio, Sandrita, la invito a salir a dar una vuelta… mire, mañana tengo que ir a Coatzacoalcos… ¿Porqué no me acompaña? –le dije, poniendo mi mano encima de la suya y Sandra no la retiró, sino que me miró intensamente a los ojos, sonrió un poco y luego, con un gesto solamente, me dijo que si, y solo preguntó la hora.

A la mañana siguiente llegó 15 minutos tarde, privilegio de una mujer hermosa, y sonriendo pidió disculpas ya que, según dijo, debía dejar encargada a su hija, y se subió a mi auto, ya que lo estaciono dentro de la cochera y nadie ve quien se sube o baja, y enfilé hacia Coatzacoalcos, empezando a hacerle platica en el camino. Le pregunté cómo había dormido y me dijo que sentía mejor… de todo.

-¿Qué es TODO? –le pregunté y ella, sonriendo, puso su mano en mi pierna derecha y tuteándome, contestó:

-Mira, la verdad es que pensé en todo lo que dijiste. Tal vez ahorita mismo mi esposo esté bien empiernado con alguna vieja de Ciudad del Carmen y yo aquí solo sufriendo, imaginando cosas. Fíjate que hace un mes me puse mala, me bajaba un flujo feo y me ardía mi cosita para orinar. Me vi con un espejo y tenia todo el ponche rojo. Total que fui al Seguro Social y el doctor familiar me dijo que era una enfermedad mala, o sea de origen sexual… llegué y le reclamé y me salió con que: “PUES HABIAS DE VER CON QUIEN TE METES” o sea que me volteó todo y el dijo que no y no era el culpable… ¡Imagínate!

-No te inquietes Sandra, ahora estas sana y muy… linda –le dije- mira, conozco un sitio perfecto para platicar sobre cómo va a desquitarte de tu marido.

-¿De verdad solo quieres PLATICAR? ¡Porque Has de saber que yo vengo dispuesta a todo… bueno, si tu quieres, porque si no ni modo!

-Claro que quiero, y es mas Sandra… disfrutaras mucho al VENGARTE de tu esposo; Mira, este es el lugar perfecto –le dije, mientras entraba a un Motel que está en la carretera antigua Coatza-Mina, nuevo y limpio.

Entramos y mientras pagaba, Sandra se metió a la habitación y se veía hermosa de verdad, aflojándose el cabello, moviendo la cabeza para soltarlo y después de poner su bolso en la cómoda adosada a la pared, me dijo coqueta:

-Permíteme tantito, papito… voy a orinar – y a mi me encanta que una mujer sea así de directa en cuanto a esas funciones. A la hora de coger me encanta que digan COGER, VERGA, CULO, PONCHE, MAMAME, CHUPAME, METEMELA, y cosas así, pero cuando apenas estamos entrando, me agrada que sea directa en cuanto a algo tan prosaico como orinar o, como dijo una chica que conozco: “MIRA, SI ME VAS A CONOCER EL CULO Y LA PANOCHA… ¿QUÉ CASO TIENE QUE ME HAGA LA MODOSITA, ASÍ QUE SI VAS A ORINAR, HASTA PUEDE QUE YO TE AYUDE AGARRANDOTE LA VERGA” –y en realidad tiene razón ya que entre dos amantes debe haber cierta confianza ya que después de todo nos vamos a conocer encuerados, y hasta el mas leve defecto se nota, y así, pude ver que Sandra se dirigía al baño, se alzó la falda y bajándose la pantaleta se sentó a orinar. Luego la vi secarse el ponche y desde dentro del baño me dijo:

-Mira papito, hace calor, así que me voy a echar un baño… ¿No quieres bañarte conmigo? ¡Anda, ven, para que me la talles bien… digo, la espalda- dijo sonriendo, y créanme que me encanta que una mujer use el doble sentido en las palabras. Naturalmente no podía rechazar esa propuesta y me desnudé para acompañarla a bañarnos. Su cuerpo es esbelto, moreno, y sus senos hermosos y firmes, están coronados por un par de pezones increíbles. Sus nalgas son una delicia y cuando me ofrecí a tallarle la espalda ella se inclinó y pidió:

-Mira papito, tállame mi cosita, quiero que me la revises y me digas si te gusta porque este día quiero gozarlo contigo.

Se inclinó y pude ver su hermoso culo, fruncidito en el ano, y la vagina, cubierta por poco vello porque es morena, nativa mexicana, y por lo regular no tiene mucho vello púbico la mujer de esta parte de Veracruz, pero pude apreciar una vagina linda, con unos labios menores que le colgaban por el ponche y esto, sumado al color oscuro de sus pezones y ver cómo se le elevaban me hablaba de una mujer muy caliente, lo que comprobaría unos minutos después cuando, aun mojados, nos salimos a acostar a la amplia cama del motel. Cuando una mujer quiere coger, como Sandra en ese momento, hay que dejarla que fluya ella sola, que sea la que disponga lo que va a hacerse, y mas s se trataba de VENGARSE de su marido, así que Sandra se acostó en la cama, de ladito y apoyando su hermosa Cabeza en su mano, me dijo, golpeando la cama con la otra mano:

-Ven papito… acuéstate, que quiero imaginarme lo que mi esposo diría si nos viera aquí a los dos cogiendo… de seguro me iba a decir que no me vuelve a golpear y que jamás de los jamases vuelve a meterse con alguna vieja… ¡Ya lo quisiera ver!

-Te ves hermosa de verdad, y déjame decirte que si de verdad quieres que te vea, aunque sea medio disfrazadita, traigo aquí una amara digital… si quieres la usamos, aunque con cuidado para que no se nos vea la cara, sino solo nuestros sexos… ¿Qué te parece?

-Perfecto, no había pensado en algo así, y es mas, quiero que me tomes no una o dos sino bastantes fotos, y créeme que mi marido es tan pendejo que ni siquiera va a darse cuenta que soy yo la de las fotos… estoy segura que ni siquiera sabría diferenciar entre mis nalgas o mi ponche y lo de alguna vieja de Ciudad del Carmen… ¿Dónde dices que traes la cámara?

-En la guantera del coche… déjame ir por ella –le dije, medio levantándome de la cama.

-No, mejor vamos a hacer esta cogida mas cachonda… voy a salir así, encuerada, a sacar la cámara, al fin que el garaje está con cortina.

-Bueno… casi está cerrada la cortina pero no siempre es así… ¿Qué pasaría si en ese momento llega otro cliente y te alcanza a ver desnuda? –le dije y ella, sonriendo, solo alzó los lindos hombros y dijo:
-Bueno, pues que sepa lo que te vas a comer hoy, y si se pone al tiro, puede que hasta taquito le de, ya que una de las cosas que mi marido me ha propuesto es que le permita que esté otra mujer en nuestra cama mientras el me da verga… yo le dije siempre que no, a menos que me dejara que primero metiera a un tipo a nuestra cama, ya que si tantas ganas tenia de hacer un trío, lo mismo daba que fuera un hombre… y luego una mujer, y el muy pendejo se quedó calladito porque así se ve mas bonito, pero viéndolo bien, creo que el ya ha de haber cogido con dos viejas allá y por eso es que se le ocurrió esa IDEA tan brillante… espérame, dame la llave del coche y voy por la cámara.

La vi tomar la llave y caminar balanceando las nalgas; Abrió la puerta del cuarto y la oí silbar cuando fue al auto. Pasaron unos tres o cuatro minutos y entró cerrando tras de ella y se comenzó a reír. Me dijo que la había visto el chavo que hace el aseo y que pelaba tremendos ojotes de verla así, encueradita, y es que esta mujer está realmente sabrosa. Preparé la cámara con dispositivo de disparo retardado y nos acostamos de nuevo.

Ella se puso a mamarme rico sin dejar de ver a la cámara cuando el flash indicó que la foto estaba lista. Se levantó y ella misma buscó la manera de verse. Se veía clarita la foto, y ahí ser podía observar cómo se tragaba la verga. Luego lo hicimos de a perrito y volvimos a tomarnos varias fotos, algunas con el mecanismo de retardo y otras yo mismo tomaba ese culito y mi verga penetrándola desde atrás, y ella, dándole rienda suelta a su necesidad de VENGANZA, me dijo que deseaba que se viera cómo le entraba la verga en todas las posiciones posibles. Con la ayuda de las modernas cámaras digitales tal cosa no es problema y al final teníamos unas 40 fotos, la mayoría muy buenas, en donde se le miraba cómo se dilataba el ponche y el ano al penetrarla por el culito, y pude tomar un acercamiento de sus senos, con esos pezones levantaditos, y desde luego, cuando me vine, ella quiso que me quitara el condón y echara el semen sobre su vientre y que le tomara fotos… y se veía linda con el ponche latiéndole de excitación y el semen regado en toda la zona del periné, y escurriéndole hacia las nalgas, porque han de saber que ella decidió solita que terminara estando en la clásica posición del MISIONERO.

Luego nos levantamos para bañarnos, y créanme que fue maravilloso restregarle la espalda y lavarle la conchita, ahora si que hasta dejársela “rechinando de limpia” y después de verla vestirse con toda calma, me dijo que deseaba tener las fotos. Le ofrecí enviárselas por el correo electrónico, pero al fin mujer, decidió que no, que prefería llevárselas en ese momento y para ello, puse las imágenes en mi ordenador, y saqué un CD con todas las fotos, y ya conforme se terminó de arreglar el maquillaje y, dándome un rico beso de pajarito, me dijo alegre:

-No sé cómo le vaya yo a hacer, pero lo importante es que este pendejo vea lo que su mujercita es capaz de hacer con otro hombre, y sin necesidad de nada… eso de que me quiera a mi tratar como una puta no debe ser, y solo por eso es que me decidí a ponerle el cuerno contigo. Se que eres discreto y además, tu serias el primer perjudicado en caso de que se te saliera lo que hicimos hoy aquí, así que la próxima vez -¡promesa que cumplió una semana después- trae contigo una cámara de video… ¡A ver cómo nos sale un video amateur para que mi marido lo vea! No le voy a decir cómo lo logré conseguir, pero créemelo, ¡Es tan, pero tan pendejo, que ni siquiera viendo con detalle el video o las fotos creo que pensaría que soy yo… porque aunque me coge, la verdad es que creo que para el solo soy un simple hoyito en el que él puede depositar su semen… y eso no lo voy a seguir permitiendo!

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